¿Los afroecuatorianos sólo saben jugar al fútbol?

En 2010, todo el Ecuador fue testigo de un hecho repudiable. Las desafortunadas declaraciones del presentador de farándula Giovanni Dupleint en contra de los afroecuatorianos, debido a un incidente de carácter personal que protagonizó el futbolista Chucho Bolaños, desataron la inexplicable reacción racista y discriminatoria del antes mencionado comunicador. A continuación el vídeo:
Traigo a colación este hecho, porque en otro contexto, pero igual de triste y cuestionable, vuelven los futbolistas afroecuatorianos a ser sometidos al escarnio público. El motivo: su vinculación a la política.
Me encuentro en un conflicto de intereses enorme, porque me cuesta ser imparcial ante una situación de la que soy radicalmente crítica. El jueves 1 de noviembre hice el siguiente comentario en mi cuenta de facebook:

«Creo que una de las reformas urgentes que le faltó al Código de la Democracia, es solicitar que los candidatos por lo menos tengan título universitario en carreras afines a la política. Me decepciona que cantantes, bailarinas, actrices y cuanto bicho raro de la televisión aspiren una curul para – según ellos – defender nuestros intereses. Un país es el reflejo de sus gobernantes… A reflexionar Ecuador!!!»

Este comentario, como era de esperarse, tuvo pronunciamientos favorables, porque más allá del descontento de la ciudadanía por las postulaciones a la Asamblea Nacional de la Comadre Vaca Loca, Rosita la Taxista, El Paparazzi, El Tin Tin (Mario Cabezas), Richard Barker, Jaime Enrique Aymara, otra vez más Gabriela Pazmiño y otros personajes de los cuales no me quiero acordar, pone en evidencia como se agudiza cada vez más la crisis de los partidos políticos. Ni el cambio de leyes, ni las nuevas instituciones han logrado erradicar la malas prácticas del pasado, que utilizando a personajes del espectáculo y de la farándula, buscan fortalecer la falta de popularidad y aceptación de sus propuestas de campaña en el electorado. Al final de cuentas, los que se prestan para este circo terminan siendo las víctimas.
Imagen tomada de facebook
Imagen tomada de facebook
Pero retomando mi crisis de imparcialidad, es necesario abordar desde otro angulo el ingreso a la política de tres emblemáticos ex seleccionados de nuestro país, me refiero a: Agustín Delgado, Ulises de la Cruz e Iván Hurtado. Desconozco los criterios que llevaron al buró político del partido de gobierno a optar por la candidatura de estos personajes, pero si su intensión fue revertir el efecto que causó en su momento las declaraciones del nefasto presentador de farándula y darles la oportunidad a estos futbolistas de demostrar – en palabras de Dupleint – que no sólo tienen habilidad en las patas, pues bienvenidas sus candidaturas.
Imágenes tomadas de Internet

¿Qué he cambiado de opinión? Pues no. Mantengo mi posición radical que si deseamos mejorar el nivel político en el país, hay que empezar a proyectarse a futuro e iniciar un proceso de formación de nuevos cuadros con profesionales en esa línea, y blindar la posibilidad de recurrir a la gente que se dedica al negocio del entretenimiento, que insisto, no deberían ingresar a la política. Mi apoyo se limita a estos tres futbolistas porque tienen hoy más que nunca una responsabilidad histórica de trascender, que su habilidad en las canchas es el resultado de la lucha que libran muchos jóvenes afroecuatorianos para salir de situaciones de riesgo y mejorar la calidad de vida de sus familias. Hay historias de superación hermosas de detrás de ellos y como son agradecidos con la vida por las oportunidades, cada uno por su lado han promovido proyectos en sus poblaciones para dar oportunidades a nuevos talentos, construyen hospitales,  escuelas. ¿Cómo negarles la posibilidad de representar a sus provincias si ellos ya hicieron mucho sin estar inmersos en política?

 

Me voy a permitir como afroecuatoriana darles mi voto de confianza, no sólo a ellos, sino a todos los «candidatos profesionales» de mi etnia que hoy como nunca son muchos, en diferentes partidos, con diferentes ideologías y que por ser negros están más expuestos al escrutinio público de una sociedad que se esmera en desconocer que somos más que fútbol, más que cultura, más que reinas de belleza; somos un pueblo que entendió que nuestro principal obstáculo  eramos nosotros mismos, por permitirle a los demás ponernos límites y decidir por nuestro futuro. Por eso nos propusimos hacer historia desde espacios de poder para cambiar la realidad de nuestro país.
Que los malos augurios de Giovanni Dupleint queden sólo en eso, malos deseos. Este nuevo momento en que vivimos los obliga a trascender y ser eficientes.  Ya pasaron las glorias del fútbol, ya pasaron los aplausos  ahora el mejor partido de sus vidas lo jugaran – de ser electos – en la Asamblea Nacional. Ellos nunca necesitaron de la política para construir futuro en sus provincias, es la política la que ahora los necesita.
Los apoyo… Y qué!!!